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Opinión: "La política, los jóvenes y la educación"

Foto-Gonzalo-Fuentes-ArballoEs el título del artículo de opinión publicado por el sitio web ESCOBAR.NEWS y escrito por el Coordinador General del espacio Encuentro +a Escobar y Director de Asuntos Jurídicos de ACEP Argentina, Gonzalo Fuentes y Arballo.

jóvenes

Durante estos treinta años en democracia se han generado condiciones más que propicias y favorables para la activa participación ciudadana y política de los jóvenes en nuestro país. A la vez se ha emprendido en la Argentina, así como en el mundo en general un proceso de globalización económica, social y cultural, el cual ha traído consigo una agenda positiva en la concientización de cuestiones comunes, pero también una fuerte carga de desniveles y desigualdades.

Para la juventud crecida en democracia se volvieron 'transparentes' las fronteras nacionales y caló hondo el discurso de los derechos humanos.

Hoy la juventud no es homogénea ni representa una categoría cerrada y definible a partir de unos cuantos rasgos, son heterogéneos, complejos y portadores de proyectos diferenciales, nos confrontan con paradigmas nuevos y obligan a replantear el concepto de ciudadanía.

Es esta impronta juvenil, capaz de utilizar su fuerza electoral y su vitalidad, la que necesitamos en la urgente reconstrucción del espacio público.

Sus consignas nos confrontan con la obligación de repensar la protección de los derechos humanos, en la necesidad de resguardar los derechos a la ciudadanía en general y no solo desde una perspectiva revisionista.

También nos obligan también a reconocer que la globalización está produciendo nuevos frentes de desigualdad. Este replanteo es una condición necesaria para avanzar en la constitución de una ciudadanía nacional, conectada con la vida y problemática nacional pero también a la global especialmente importante para los jóvenes.

jovenesemprendedoresDe parte de la política el mayor desafío y clara deuda es otorgar a estos jóvenes las herramientas para sobrellevar los nuevos desniveles surgidos, debemos lograr la famosa igualdad de oportunidades, que no es otra cosa que la fijación de un piso de igualdad, y reconocer que el problema de la desigualdad no es el crecimiento económico sino la educación.

Es el abandono de las políticas públicas en educación, en definitiva la mala educación la que reduce a la marginación.

Es por ello que sin la integración de los jóvenes a nuevos sistemas educativos, y sobre todo, a las nuevas herramientas virtuales, la separación de los jóvenes "conectados" de aquellos “sin conexión” se volverán más visibles.

Este objetivo debe emprenderse simultáneamente con la necesidad de atender las carencias tradicionales en el área educativa, ampliando la cobertura de sus sistemas para reducir el número de jóvenes que no logran acceder a la educación y resolver los desniveles de accesibilidad. Un joven no educado es un excluido del futuro.

A riesgo de resultar reiterativos debemos romper el paradigma entre nuevos incluidos y excluidos, y para ello es vital darnos cuenta que existe una emergencia educativa nacional.

Un buen punto de partida es afrontar el problema con humildad, asumiendo la emergencia y crisis del sistema educativo actual, confrontando el fracaso y descrédito del actual y poniendo su urgente revisión en el centro de la agenda política.

Solo saldando la deuda educativa podremos lograr la necesaria inserción desde otras perspectivas de los jóvenes en la vida política, y ante estos nuevos desafíos surge la necesidad de "nuevas" formas de inserción en el espacio público, no es posible confrontar nuevos problemas con soluciones viejas. Tampoco es un proceso de solución oportunista sino de construcción de una política pública consensuada con la participación de las expresiones juveniles con el deber fundamental de incrementar la capacidad de escuchar de todos los sectores involucrados.

El ser joven del siglo XXI configura una categoría social por derecho propio, que desafía los modos tradicionales históricamente construidos, es necesario el equilibrio entre la seguridad y la libertad, permitiendo de este modo la participación política armónica de este sector de la población.

No nos olvidemos que la política y el País necesitan para su éxito más de ellos, que los jóvenes de la política.

Por Gonzalo Fuentes y Arballo

Acep

Asociación Civil Estudios Populares
Paraná 754-20 A.,
C.P. C1017AAP,
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Argentina

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