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Opinión: "El mejor Perón"

peron balbinEs el título del artículo de opinión escrito por el docente y miembro del Consejo Académico de ACEP, J. Emilio Graglia, y publicado por el periódico "HOY DÍA CÓRDOBA", con motivo de conmemorarse el 40º aniversario la desaparición física de Juan Domingo Perón.

peron 1El 1º de julio de 1974 murió el Presidente Juan Domingo Perón. 40 años nos separan de la muerte del líder político más influyente de la historia argentina. El fundador de un movimiento que atraviesa la historia argentina desde aquel 17 de octubre de 1945 hasta el día de hoy, entre amores y odios, entre peronistas y antiperonistas. La muerte de Perón se dio 41 años después de la muerte de Hipólito Yrigoyen, el 3 de julio de 1933, el otro gran líder de la Argentina.

De las cuatro décadas que nos separan de la muerte de Perón, más de 30 años han transcurrido en el marco de la democracia representativa recuperada el 10 de diciembre de 1983. La misma democracia formal recuperada luego de la dictadura militar encabezada por Jorge Rafael Videla que puso fin a la presidencia constitucional de María Estela Martínez, la viuda de Perón y vicepresidenta de la República, el 24 de marzo de 1976.

Desde aquel 10 de diciembre de 1983, en nombre del peronismo, gobernaron Carlos Saúl Menem (entre 1989 y 1999), Adolfo Rodríguez Saá y Eduardo Duhalde (entre 2001 y 2003), Néstor Carlos Kirchner y Cristina Fernández (desde 2003 hasta el día de hoy). La democracia recuperada ha sido gobernada en nombre del peronismo durante más de 22 años. En su nombre, el menemismo fue privatista y el kirchnerismo fue estatista. Sin solución de continuidad, de un extremo al otro.

En verdad, Perón fue uno pero, a la vez, fue varios. Hay un primer Perón que fue elegido Presidente de los argentinos el 24 de febrero de 1946 y, gracias a la reforma constitucional del año 1949, fue reelegido el 11 de noviembre de 1951. Luego, hay un segundo Perón que fue derrocado por un golpe militar mal llamado “revolución libertadora” y que sufrió el exilio entre el 16 de setiembre de 1955 y el 20 de junio de 1973.

Finalmente, hay un tercer Perón que fue elegido Presidente por tercera vez y gobernó entre el 12 de octubre de 1973 y el 1º de julio de 1974. El Perón que muere ese día es el mejor Perón. El mismo que el 21 de junio de 1973, de vuelta en la Argentina, dijo a su pueblo: “Llego casi descarnado; nada puede perturbar mi espíritu, porque retorno sin rencores ni pasiones, como no sea la que animó toda mi vida: servir lealmente a la patria”.

El último mensaje

El mejor Perón es el que dijo pocos días antes de morir, el 12 de junio de 1974: “Yo vine al país para unir y no para fomentar la desunión entre los argentinos. Yo vine al país para lanzar un proceso de liberación nacional y no para consolidar la dependencia. Yo vine al país para brindarles seguridad a nuestros conciudadanos y lanzar una revolución en paz y armonía y no para permitir que vivan temerosos quienes están empeñados en la tarea de edificar el destino común. Yo vine para ayudar a reconstruir al hombre argentino, destruido por largos años de sometimiento político, económico y social”.

El 4 de julio de 1974, después de tres días de duelo nacional y de un interminable desfile de argentinas y argentinos que lo despidieron bajo la lluvia, Ricardo Balbín dio uno de los más maravillosos discursos de la política argentina. En el Congreso Nacional donde se realizaba el velatorio, el jefe de la Unión Cívica Radical hizo uso de la palabra en representación de su partido y de todos los partidos políticos argentinos. Balbín, el gran adversario político de Perón, dio un testimonio para siempre.

Hace cuarenta años, en nombre de la oposición y de los opositores, Balbín dijo refiriéndose al Presidente muerto: “él sabía que venía a morir en la Argentina, y antes de hacerlo me dijo: ‘Quiero dejar por sobre todo el pasado, este nuevo símbolo integral de decir definitivamente, para los tiempos que vienen, que quedaron atrás las divergencias para comprender el mensaje nuevo de la paz de los argentinos, del encuentro en las realizaciones, de la convivencia en la discrepancia útil, pero todos enarbolando con fuerza y con vigor el sentido profundo de una Argentina postergada’”.

Ese es el gran legado del mejor Perón. El mensaje de los mensajes: “he venido a morir en la Argentina, pero a dejar para los tiempos el signo de la paz entre los argentinos”, como maravillosamente lo sintetizó Ricardo Balbín en aquel discurso donde un viejo adversario despidió a un amigo.

Un legado que debería interpelar a la dirigencia política argentina, tanto a los peronistas como a los no peronistas, a los oficialistas y a los opositores de turno. 40 años nos separan de aquel llamado al “encuentro en las realizaciones” y a la “convivencia en la discrepancia útil”. Un llamado que no ha sido atendido, lamentablemente.

Por J. Emilio Graglia

¿QUÉ ES ACEP?

La Asociación Civil Estudios Populares (ACEP) es una entidad creada a principios del año 1999 en Argentina con el fin de promover los derechos y garantías consagrados en la Constitución Nacional y el respeto por los valores democráticos consagrados en la misma. Para ACEP es de especial interés el abordaje, desde una óptica humanista y cristiana, de las problemáticas del empleo, la salud, la educación, los jóvenes y la mujer.


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