Es el título del artículo de opinión escrito por el consultor político Carlos Fara y publicado por el portal web 7 Miradas.com, en el cual analiza la reciente convocatoria del Gobierno Nacional a la oposición por el tema Malvinas.
¿Tenía que ir o no la oposición a la convocatoria presidencial por Malvinas? En general, la actitud de los opositores siguió la línea de cómo se expresaron en las campañas electorales del año pasado. Desde la actitud tranquila de Binner a la intransigencia intempestiva de Carrió Los opositores que fueron, ¿forman parte del coro de aplaudidores?
La invitación de la presidenta a la oposición para que sea parte de sus anuncios sobre el tema Malvinas abrió un debate shakespeariano en la oposición: ¿había que ir o no al convite? Las divergencias dieron una muestra de la confusión de diagnóstico y estrategia que tienen algunos opositores. Hasta Mariano Grondona se expresaba desorientado en su columna habitual del domingo en La Nación.
En el radicalismo se expusieron de manera más profunda las idas y vueltas, aunque al fin se impuso la postura del nuevo presidente del partido (¡ojo con los perros verdes!), quien se hubiese visto en figurillas si no iba, ya que al mismo tiempo estaba solicitando una entrevista con CFK, pidiéndole que se abra al diálogo. ¿Pedir diálogo y no ir cuando la mandataria convoca? Algo no cierra. Pero tampoco hubo acuerdo total en el FAP de Binner. Y por supuesto la Coalición Cívica no fue.
En general, la actitud de los opositores está siguiendo la línea de cómo se expresaron en las campañas electorales del año pasado. Desde la actitud tranquila de Binner a la intransigencia intempestiva de Carrió. ¿Y cómo quedó el tanteador? El santafesino obtuvo casi 9 veces más votos que la chaqueña. La líder de la CC es el molde perfecto para la presidenta: el voto no k les endilga a ambas los mismos defectos, o sea: soberbia, autoritarismo, crispación.
Analicemos con rigor las posibles consecuencias:
1) Si los opositores van, ¿forman parte del coro de aplaudidores? En principio es FALSO. Todo en política es relativo. Si alguien va siempre para aplaudir y no manifiesta diferencias, es obvio que forma parte del coro. Por eso lo más difícil es decidir qué harán frente a la próxima convocatoria. Y eso debe depender del tema. Por otro lado, ir porque la presidenta convoca, pero no aplaudir y luego criticar si no se está de acuerdo es la actitud más sensata pensando en el estado de ánimo que impera en la opinión pública desde hace 4 años. Si el voto no K ve a Cristina intransigente, ¿hay que imitar su actitud?
2) Si algunos opositores van y otros no, ¿muestran a una oposición fragmentada? Y, sí. Pero salvo en muy contados casos (bastante atípicos, como los EE.UU.) la oposición ES (no está) fragmentada. El problema es cuando se divide más de la cuenta, y los que piensan igual se pelean por cartel. En todo caso, debe tenerse en cuenta que en la Argentina no solo están fragmentados los opositores, sino también los votantes no oficialistas. Ahí está la cuestión verdaderamente compleja.
La agenda la sigue poniendo la presidenta. Ese es el principal problema de la oposición. No si van o no van a un acto en la Rosada.
Por Carlos Fara
